domingo, 5 de agosto de 2012

Sueños...


Quiero, mucho, esto, y lo tengo acá con vos en una cabaña escondida en medio de un bosque, aunque los bosques me dan miedo. No te pongo cara todavía porque no me animo, pero lo quiero.

Sueño con esta intimidad y con esta transparencia, con hablar bajito, reír mucho y disfrutar de nuestros silencios. Con estar descalza, como estoy acá con vos, porque ya sacudí el polvo de mis zapatos antes de entrar. 

Sueño con escapadas un fin de semana cada tanto, aunque no nos movamos de casa; con chicos corriendo, tuyos, míos, nuestros; con mucho sillón, mucho plumón y mucha siesta en el jardín, al reparo del sol.

Sueño con una vida de hogar. Con una casa cerca del agua, porque la necesito, porque soy tierra y necesito agua para que las flores crezcan; con pisos de madera sin astillas, sin plastificar y lustrados con cera que manchen mis medias, porque mis medias no me importan.

Sueño con chimeneas y estufas, porque soy friolenta y me gusta mirar el fuego; con ventanales enormes, porque la luz sirve para invernar y las ventanas para ver las plantas que cuidadosamente elegimos y aquellas que crecieron solas porque la naturaleza es generosa.

Sueño con  tener lo mío, en armonía, sin quitarle nada a nadie, porque entonces no sería mío, sería de alguien más. Con tener paciencia y cuidado mientras espero, con estar vacía para recibir este regalo tan grande, con no pensar de qué manera me va a llegar.

Sueño con hacer sentir a los que nos rodean que son queridos y valorados por como son, sin violencias ni exigencias, sin tratar de hacerlos a nuestra medida ni a la de nadie. Con darles voz, voto y un cuaderno enorme para que escriban sus propias historias y un par de acuarelas para que las llenen de color.

Sueño también con contar de dónde vengo, de mis vivos y de mis muertos, porque los quiero honrar.  Con hacerles saber a los sabios con los que me crucé, a los maestros, a los pequeños gurúes, todo lo que me enseñaron y también sueño con agradecer a los que sumaron en mi vida al restar, al frustrarme, al presentarme a mi misma lo peor de mí.

Sueño con eso, con que sea simple, tan simple como estar acá con vos, al que todavía no conozco pero intuyo, siento, espero. Pero el miedo es un compañero fiel y cruel que no me abandona y tampoco me deja avanzar con pasos más grandes. Me vas a tener que esperar. 

Y me pregunto por qué trato de huir de mis miedos, si me puedo quedar un rato a solas con ellos, que son míos, no nuestros, como lo hago acá con vos, tan segura y protegida, en esta cabaña, en este bosque, que también me da miedo.

Quisiera dejar que quien hable sea tu silencio, en vez del ruido molesto de mis miedos que te interrumpen sin cesar. Porque tu silencio habla de mi, habla de vos y de nosotros. Tu ausencia me dice que todo está dado para que sea perfecto, aunque estemos lejos de la perfección y eso lo haga aún mejor.

A veces siento que estoy rota por dentro, pero es solo porque me quité pedazos que eran tóxicos, pesados, violentos, injustos, ingratos. 


Y así te espero, mientras me despojo, mientras me voy haciendo más yo, para conocerte más a vos, más a nosotros. 


Y así te sueño, en esta cabaña, en este bosque que todavía me da miedo.


2 comentarios:

  1. escalofríos!!
    destacado: "Con estar descalza, como estoy acá con vos, porque ya sacudí el polvo de mis zapatos antes de entrar."
    me siento identificada en mucho de esto, seguí mostrando tu esplendor de redactora, soy tu fan - Ine To

    ResponderEliminar