domingo, 17 de marzo de 2013

Las vueltas de las putas, de la vida, de la puta vida

Lo que se me había venido a la cabeza para empezar este texto me surgió cuando bajaba del bondi. Como si tuviera que aguantar las ganas de hacer pis, hice fuerza y me concentré, pretendiendo recordar la frase tan perfecta, tan brillante, tan reveladora. Las musas te tiran frases sueltas cuando no las podes anotar.

Cuando llegué a la oficina, mas rápido que lo habitual, crucé la puerta, me topé con alguien y la frase se fue volando en el primer "buen día". Como toda puta, la inspiración se goza por turno y yo lo había dejado ir.

Me senté en el escritorio y anoté en un papel lo que me acordaba. De la idea brillante, rotunda, reveladora: nada.

Guardé el papel para después, por si servía de algo. No me quejé en voz alta porque estoy tratando de erradicar la queja de mi vida y dicen que si durante veintiún días seguidos no te quejás, no lo hacés nunca mas. Hoy estoy a medio ladrido de volver a empezar. Qué difícil, che.
Lola, mi perrita divina decidió ladrarle a los chicos que volvían de bailar como a las 5 de la mañana. Entre sus agudos y mi ansiedad por todas las cosas que aun no resolví a una semana de irme de viaje, mi novio de esa mañana, el que se llevaba el primer beso, era el insomnio. Entré a Google, hice algunas búsquedas, mandé un par de mails, todo muy lento, con la parte del cerebro que me funcionaba. Me hice un mate, comí unos bizcochitos que sobraron de ayer y con  bastante pena y nada de gloria me fui a bañar. Secándome el pelo se me empezaron a venir frases a la cabeza y me dije a mi misma: será la puta la que toca la puerta ahora? A esta, la cago. Agarré el teléfono y me puse a escribir.

He aquí la frase reveladora: "No soy escritora, escribo. No soy publicista, trabajo en publicidad. Se que no tengo una respuesta para cuando San Pedro me pregunte "Quién sos?"". Eso. ¡Eso! La puta me cagó otra vez.

Estoy sentada en la bacha del baño,  a medio vestir y en patas. Mis pies están tan fríos que se sorprenderían de mi falta de circulación. Y la puta inspiración me cagó otra vez.

Pero pienso que saber que no tengo respuesta a la pregunta de San Pedro va a hacer que viaje en globo mas tranquila. Porque, como pensaba que era algo imposible para mí, me cansé de repetir ante las extravagancias de la vida: "Me falta volar en globo y ya estoy". Y la semana que viene voy a volar en globo, o sea.

Pero querido San Pedro, no tengo nada que decirte aún y tenemos un papa nuevo, que se llama como mi santo favorito y es argentino y de San Lorenzo, por si resulta que Tinelli termina siendo dios, como creen acá las revistas. Como sea, supongo que ahí estarás de fiesta. Tomate un vinito, brindá por la vida y nos vemos cuando tenga muchas canas y todas las arrugas que se le rebelen al retinol.

Porque pocas cosas pude pasar en limpio en esta vida y todavía quiero más. Porque primero fui bebé y todo me generaba asombro. Estuve un poco distraída jugando con mis pies. Cuando empecé a caminar, pensaba que todos se alejaban mientras yo avanzaba de a un paso por vez. Imaginá mi angustia: un punto de partida, miles de tropezones, infinitos destinos. A la adolescencia dejémosla guardada entre los vestidos de pana, los jeans nevados y las hormonas tiranas. Y ahora pienso estar en la juventud que me cuestiona la vida hasta que me convierta en adulta y me haga cargo de alguien más que de mi, de mi perra y de mis plantas. Adulta que tomó nota y pasó en limpio, filtrando con obsesión hasta que por fin solo quedó la persona que realmente quiso ser y no los fantasmas, ni los miedos, ni los mandatos que la disfrazaban. Crecer duele pero está buenísimo.

Así que, San Pedro querido, levantá la copa y brindá conmigo a los gritos porque la vida, como los buenos libros, se disfruta de a un capítulo por vez.


1 comentario:

  1. Muy bueno, Mery! Me gustó mucho. Gran título y comienzo ingenioso.

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