lunes, 27 de mayo de 2013

Como Adán y Eva

Estoy viendo el partido en mi cuarto: cama grande, frazada de polar, tejido en mano y el partido de fondo.  Riquelme metió un gol - golazo-, al ángulo contra el Corinthians y los que dicen que es un pecho frío buscan dentro del buzón de excusas algo para twittear.

"Esta criatura nueva de pelo largo es bastante entrometida", dice Mark Twain poniéndose en la voz de Adán en "El diario de Adán y Eva". 

Yo se que a Riquelme le van a seguir diciendo así y me da un poco de pena por la mamá. Pero debería estar escrito en algún lado, al alcance de todos los que se preocupan por el qué dirán, que a la gente que opina de la vida  ajena después no les importa nada de lo que pasó. Opinan porque pueden y es gratis (y porque tienen poco mundo interior).

Empate, fin del partido. Me pregunto si es bueno. Si, porque ahora va a jugar contra Ñuls, el partido de revancha.

"Siempre está dando vueltas a mi alrededor, siguiéndome a todas partes. No me gusta esto; no estoy acostumbrado a la compañía. Ojalá se quedase con los demás animales...". 

Mejor no veo nada ese partido y me voy a comer a lo de mi padrino. Un poco me enojo con Adán pero es así, tiene razón.

Tengo frío, llegó el otoño a Buenos Aires. Mi abuela me trajo una boina de lana de Europa, de colores apagados y algunos hilos que brillan. A mi me gusta todo lo que brilla porque no necesito que algo sea de oro para que me parezca lindo o le otorgue algún valor. La amiga de mamá dice que soy una princesita rusa con la boina puesta y yo me siento más como Faivel, el ratoncito. 

"Está nublado hoy, hay viento del este; creo nos tocará lluvia... nos? De dónde saqué esa palabra? Ahora me acuerdo: la criatura nueva la usa". Adán, otra vez. Lo odio y me brota una carcajada todo al mismo tiempo por lo sincero que es. Típico nuestro hacer de este mundo algo inclusivo, perdón. 

Me subo al bondi después de una comida larga y sin sal, le pregunto al chofer si terminó el partido y me dice que si y que empataron. Se muchas cosas de la vida, tengo una licenciatura en comunicación, un curso de finanzas para no financieros, se qué significa la somatización de casi cualquier enfermedad y sigo sin saber si un empate es bueno o no. El colmo es que van a volver a jugar en menos de una semana.

"Me construí un refugio para la lluvia, pero no pude disfrutarlo en paz. La nueva criatura se entrometió. Cuando intenté echarla, dejó caer agua por los agujeros con los que mira...". Cae agua por los agujeros con los que mira, suena a poca conexión interior, Adán. Vamos que los hombres también lloran, yo he visto un par, y bien machos: conectá. 

Yo estoy destemplada porque la estufa de mi cuarto no se si funciona bien y no quiero morir si se escapa gas. Mientras leo, como una key lime pie deliciosa, untuosa, que seguro que está hecha con leche condensada, porque con mi dieta nueva, puedo. 

"Amo a ciertos pájaros por su canto; pero no amo a Adán por la manera en que canta, no, no es eso: cuando más canta menos me resigno", bien Eva, sonza Eva buscando las razones para morir de amor, cuando en realidad no lo va a saber nunca. Hay veces en las que simplemente "es" y eso se agradece, mucho. 

Me pongo triste porque Eva ruega morirse primero, porque sabe que ella lo necesita a Adán más de lo que él la necesita. Eva no reza en todo el libro, pero eso se lo pide bien clarito a Dios. Adán, no dice nada todavía. Espero para hacer algún juicio al respecto porque no me suena muy "a la par". Porque el amor es dar y recibir, son palabras y gestos, es compañía aún en la distancia, es presencia en el silencio, es la intimidad compartida. Es la seguridad que está en el núcleo de los vínculos profundos, eso es el amor. Pero es verdad que teniendo en cuenta mi debilidad, elegiría que fuera así para no sufrir la ausencia y el silencio que desgarran y prueban cuánto más se ensancha el espíritu, se fortalece la fe, se vuelve tan esencial y simple la vida. Lo digo por experiencia y es de las pocas cosas de las que estoy convencida: los duelos gestionados te hacen feliz y te simplifican.

Adán y Eva cayeron al pecado y los echaron del Jardín del Edén donde tenían todo lo que querían en paz y en armonía. La Biblia le echó la culpa a Eva y la Eva de Mark Twain, a Adán. "Fueron las castañas", que eran las bromas sin sentido que siempre le hacía Adán, #BadKarma. Bien #minitah Eva. La realidad es que no importa si fue una manzana o una castaña lo que los expulsó del Jardín del Edén y los llevó a vivir una vida enquilombada o con momentos de caos, porque terminemos con los fatalismos, que siempre que llovió paró, salió el sol y las plantas se pusieron hermosas. Pero somos tan orgullosos que hacemos más foco en quién tiene la culpa o qué puso todo patas para arriba que nos olvidamos de que la prueba está en salir de ahí juntos, más unidos, modificados por la experiencia.

"Ojalá no hablase, está siempre hablando", decía Adán y yo no me sorprendo porque lo escuché más de una vez, como si el respeto hacia el otro no fuera enterito tal cual es, sino selectivo como nos viene mejor. 

Soy Eva y me da pena todo lo choto que fue Adán porque se perdió de disfrutar de un montón de cosas. Fue choto por las veces que la hizo llorar, que se aisló solo en su refugio, que no le habló. Pero fue choto porque  se privó y llegó tarde a esta conclusión: "Después de todos estos años, me doy cuenta de que estaba equivocado respecto de Eva al principio: es mejor vivir fuera del Jardín con ella que dentro sin ella. Al principio, creía que hablaba demasiado; pero ahora me entristecería que esa voz se silenciara y desapareciese de mi vida. Bendita sea la castaña que nos unió y me enseñó a conocer la bondad de su corazón y la dulzura de su espíritu!".

La vida se hace así, a los ponchazos, aprendiendo, descubriendo todos los "para qué". Todavía no entiendo por qué no ejercitamos nuestra intuición y por qué nos cuesta tanto escuchar a nuestro corazón. Pareciera que los miedos, la resistencia, la negación, la culpa y la exigencia fueran más fuertes que la luz, el amor, la verdad y el bien que hay en cada persona.

Será que entrar en vínculo con otro es un misterio y tiene esa cuota de incertidumbre que por momentos es excitante y por otros se vuelve demasiado hostil. Pero siguen diciendo que hay que insistir y construir en el  amor y ya lo escribió Adán en la tumba de Eva: "Dondequiera que estaba ella, allí estaba el Edén". Estoy segura que ella, choto y todo, igual lo disfrutó.









lunes, 20 de mayo de 2013

Demasiado sexo en la ciudad

Este mundo tiene mucho sexo en la ciudad. Demasiado. Lo descubrí el domingo pasado, tras una escena  de #minitah que nunca pensé iba a protagonizar. Con la confianza de que hay gente simple, aprendí que lo mejor que podes hacer cuando te das cuenta de que estás actuando como una boluda es sonreír sin defenderte. Y así fue. 

Mis planes, rutinas y expectativas se subieron a un barco que está dando vueltas en las bermudas de quién sabe quién. Y me siento boluda y tengo tiempo, mala combinación. Ah, y me enrosco.

Leo como si no supiera internamente qué tengo que hacer, buscando frases hechas que me pongan en fila porque con la experiencia no me alcanza, pero no. Tengo raptos de optimismo, de despotismo y de que quisiera que alguien me sacara de los pelos de acá. Pero tampoco. Respiro profundo, tiro los hombros para atrás, repito puteadas como mantras y camino, tratando de hacer camino al andar y de levantar el culo que este último año se me cayó un poco. Tener tiempo libre me da culpa y trato de compensarlo con hiperactividad mal aplicada. Escribo, leo, repaso frases y consejos. Coso, tejo, cocino, ordeno. Y llego a la frase hecha del papá de mi amiga Agus que dice: ¨nunca te des por vencida aún vencida¨. Ella lloraría repasando lo vivido, las alegrías y tristezas; la vida. Pero yo digo: no. A veces no esta mal sentirse vencida. 

Carry Bradshaw nunca terminaría un capitulo de Sex & the City así, pero yo me declaro graduada del sexo en la ciudad, que vamos a aclarar por las dudas que es un concepto. Me di cuenta el domingo cuando después de mi escena patética miraba la segunda parte de la película en la que Carry llora durante cinco meses porque Big la dejó. Y me hizo ruido.  

No funcionaba el SAP. Entraba el sol de otoño por la ventana y yo recordaba mi sonrisa de derrota por sentirme tan boluda, expuesta y aliviada a la vez. Cualquier persona sana se hubiera cansado de escuchar los diálogos de la derrota de esas cuatro amigas en español neutro y se iría a hacer otra cosa. Yo, comía chocolate y veía el lavarropas que nunca queda en su lugar, prolijo paralelo a la pared, porque para ponerse en marcha se mueve para todos lados. El lavarropas tiene más inteligencia emocional que yo. 

No resistirme a sentirme así me había dejado respirar fluido otra vez. Por primera vez en casi un mes, miedos, broncas y hormonas veían la película en silencio conmigo. Cambio a "Big" por cualquiera de mis expectativas frustradas y pienso que es demasiado estúpido castigarse a uno mismo y a los demás al hacer cualquier proceso. Creo que entre tanto cliché, intentar madurar está bien y aceptar que a veces las derrotas son cadenas que se abren para ir mas livianos por la vida no es un mal aprendizaje. Pero sobre todo quiero escribir en algún post it para dejarlo a mano que hacer berrinche no deja crecer, que es un candado que corta el diálogo y ahí te quedas alimentándote con pensamientos que no dicen nada de quién sos vos pero te hacen percibir una realidad que seguro que no te gusta. 

Y hay que madurar para ser libres de nosotros mismos, como dice mi psicóloga que a esta altura del partido debe haber ampliado su cocina con lo que le pago por mes. O tomar un poco de aire y dejar el pasado atrás, o como dice la canción que es trending topic en mi cabeza: "all you need is just a little patience" para avanzar. 

Y repaso enseñanzas que fui escuchando, que hablan de disfrutar de la vida, de despertar a los milagros cotidianos, de ser mas simples y llanos cada vez. De estar integrados, de abrazar los miedos y de dejar de golpearse la cabeza contra el vidrio, porque si frenamos podemos ver cuál es la ventana que está abierta para que salgamos por ahí. 

Y pienso que lo dicen en todos los idiomas y en todas las religiones, cerca y lejos de casa, pero no en las series subtituladas que para llenar guiones relamen las heridas y nos fijan imágenes derrotistas como modelos de vida. Y entiendo que está bien no exponerse a eso. Fin del masoquismo. 

Estoy segura de que la vida muchas veces me va a poner contra la pared a hablar sola y no en una mesa de a cuatro. Pero sabiendo que es posible el diálogo y los verdaderos vínculos, no está mal hacerlo con una sonrisa, abrazando los miedos y sintiéndome como una boluda o una loca, que a esta altura de la vida, da igual. 

Este mes que no estuve en mí, sin querer volví loco a casi todo el que tenía a mi alrededor. Pido disculpas y agradezco que me demostraran que abrazar y dar espacio son ambos actos de amor. Algunos, que no están tan cerca pero miran de reojo, fueron de mucha ayuda también, poniendo sus límites o riéndose a carcajadas. Se que Agus me diría que hay días que te caes y caes y caes, pero están esos otros en que experimentás el gustito que tiene la vida y es magia, es luz, es paz. 

Y porque no entiendo ni las metáforas, ni los poemas ajenos, ni los chistes que no terminan con un "ja ja" le digo adiós al sexo en la ciudad. Después de todo, estar tranquilos y ser simples es buscar una buena vida y es un buen plan.

The purpose of our lives is to be happy.  Dalai Lama

viernes, 3 de mayo de 2013

Encontrándote

Vengo acá a buscarte, hace mucho que no se de vos. A veces me parece verte, pero al acercarme me doy cuenta de que esos ojos no son tuyos o que no sos vos por la oscuridad que me devuelven las miradas. Simplemente no sos vos.

Hace un mes que te extraño y estoy como una idiota, abriéndome para encontrarte y cerrándome con cada frustración. Y me duele. Me desilusiona no encontrarte ni siquiera con el poder de mi imaginación. Me da bronca.

Me dijeron que te vieron, que te revolcó una ola grande y estuviste unos segundos sin hacer pie, estirando la cabeza tratando de respirar. Que la ola rugia bajito por eso no te fuiste a tiempo ni la agarraste para barrenar. Que te dejó culo para arriba, pero que saliste caminando lento y pausado, haciéndo ademanes como que no necesitabas ayuda, que estabas bien, que solo necesitabas sentarte un rato y respirar, llenarte de oxígeno, puro  claro, nuevo. Me hubiera gustado estar ahí y darte una mano o al menos un abrazo.

Y yo acá, desesperada y triste porque no te encuentro, porque no te puedo ver, porque no encuentro esos ojos que me devolvió la mirada más tierna, dulce y amorosa que me miró alguna vez. Mirada que siempre devuelve un "todo va a estar bien".

También me dijeron que todavía te estás recuperando, que te quedaron raspaduras y moretones, que estás en carne viva y por eso no te dejás ver. Espero que te estés tratando con el amor y el cuidado con el que das tus abrazos, con la paciencia y caricia de tu sonrisa, con la sencillez de tu esencia, tan linda, tan buena, tan pura. Que te mires con esos ojos que hablan de hogar y que me hacen sentir en casa. Que uses tu sabiduría con vos, que te lo permitas, que te des el gusto de gozarte.

Y yo te extraño, pero me consuelo pensando en vos, sabiendo, confiando, permitiendome desesperar de a una angustia por vez. Escuchándote en todos lados y en ninguno, esperandote sin medidas, con cabeza poderosa otra vez.

Y acá sigo, tratando de bancarme la ausencia, el silencio y el bochorno de mi cabeza, deseando que se haga más fuerte la voz que me grita "¡Paciencia! ¡Confiá! ¡Todo pasa para algo! ¡Disfrutá!" que quedan mudas entre tanta resistencia, tanta ansiedad, tanta confusión.

Y te extraño. Y te espero. Y confío en que te voy a volver a ver.