lunes, 20 de mayo de 2013

Demasiado sexo en la ciudad

Este mundo tiene mucho sexo en la ciudad. Demasiado. Lo descubrí el domingo pasado, tras una escena  de #minitah que nunca pensé iba a protagonizar. Con la confianza de que hay gente simple, aprendí que lo mejor que podes hacer cuando te das cuenta de que estás actuando como una boluda es sonreír sin defenderte. Y así fue. 

Mis planes, rutinas y expectativas se subieron a un barco que está dando vueltas en las bermudas de quién sabe quién. Y me siento boluda y tengo tiempo, mala combinación. Ah, y me enrosco.

Leo como si no supiera internamente qué tengo que hacer, buscando frases hechas que me pongan en fila porque con la experiencia no me alcanza, pero no. Tengo raptos de optimismo, de despotismo y de que quisiera que alguien me sacara de los pelos de acá. Pero tampoco. Respiro profundo, tiro los hombros para atrás, repito puteadas como mantras y camino, tratando de hacer camino al andar y de levantar el culo que este último año se me cayó un poco. Tener tiempo libre me da culpa y trato de compensarlo con hiperactividad mal aplicada. Escribo, leo, repaso frases y consejos. Coso, tejo, cocino, ordeno. Y llego a la frase hecha del papá de mi amiga Agus que dice: ¨nunca te des por vencida aún vencida¨. Ella lloraría repasando lo vivido, las alegrías y tristezas; la vida. Pero yo digo: no. A veces no esta mal sentirse vencida. 

Carry Bradshaw nunca terminaría un capitulo de Sex & the City así, pero yo me declaro graduada del sexo en la ciudad, que vamos a aclarar por las dudas que es un concepto. Me di cuenta el domingo cuando después de mi escena patética miraba la segunda parte de la película en la que Carry llora durante cinco meses porque Big la dejó. Y me hizo ruido.  

No funcionaba el SAP. Entraba el sol de otoño por la ventana y yo recordaba mi sonrisa de derrota por sentirme tan boluda, expuesta y aliviada a la vez. Cualquier persona sana se hubiera cansado de escuchar los diálogos de la derrota de esas cuatro amigas en español neutro y se iría a hacer otra cosa. Yo, comía chocolate y veía el lavarropas que nunca queda en su lugar, prolijo paralelo a la pared, porque para ponerse en marcha se mueve para todos lados. El lavarropas tiene más inteligencia emocional que yo. 

No resistirme a sentirme así me había dejado respirar fluido otra vez. Por primera vez en casi un mes, miedos, broncas y hormonas veían la película en silencio conmigo. Cambio a "Big" por cualquiera de mis expectativas frustradas y pienso que es demasiado estúpido castigarse a uno mismo y a los demás al hacer cualquier proceso. Creo que entre tanto cliché, intentar madurar está bien y aceptar que a veces las derrotas son cadenas que se abren para ir mas livianos por la vida no es un mal aprendizaje. Pero sobre todo quiero escribir en algún post it para dejarlo a mano que hacer berrinche no deja crecer, que es un candado que corta el diálogo y ahí te quedas alimentándote con pensamientos que no dicen nada de quién sos vos pero te hacen percibir una realidad que seguro que no te gusta. 

Y hay que madurar para ser libres de nosotros mismos, como dice mi psicóloga que a esta altura del partido debe haber ampliado su cocina con lo que le pago por mes. O tomar un poco de aire y dejar el pasado atrás, o como dice la canción que es trending topic en mi cabeza: "all you need is just a little patience" para avanzar. 

Y repaso enseñanzas que fui escuchando, que hablan de disfrutar de la vida, de despertar a los milagros cotidianos, de ser mas simples y llanos cada vez. De estar integrados, de abrazar los miedos y de dejar de golpearse la cabeza contra el vidrio, porque si frenamos podemos ver cuál es la ventana que está abierta para que salgamos por ahí. 

Y pienso que lo dicen en todos los idiomas y en todas las religiones, cerca y lejos de casa, pero no en las series subtituladas que para llenar guiones relamen las heridas y nos fijan imágenes derrotistas como modelos de vida. Y entiendo que está bien no exponerse a eso. Fin del masoquismo. 

Estoy segura de que la vida muchas veces me va a poner contra la pared a hablar sola y no en una mesa de a cuatro. Pero sabiendo que es posible el diálogo y los verdaderos vínculos, no está mal hacerlo con una sonrisa, abrazando los miedos y sintiéndome como una boluda o una loca, que a esta altura de la vida, da igual. 

Este mes que no estuve en mí, sin querer volví loco a casi todo el que tenía a mi alrededor. Pido disculpas y agradezco que me demostraran que abrazar y dar espacio son ambos actos de amor. Algunos, que no están tan cerca pero miran de reojo, fueron de mucha ayuda también, poniendo sus límites o riéndose a carcajadas. Se que Agus me diría que hay días que te caes y caes y caes, pero están esos otros en que experimentás el gustito que tiene la vida y es magia, es luz, es paz. 

Y porque no entiendo ni las metáforas, ni los poemas ajenos, ni los chistes que no terminan con un "ja ja" le digo adiós al sexo en la ciudad. Después de todo, estar tranquilos y ser simples es buscar una buena vida y es un buen plan.

The purpose of our lives is to be happy.  Dalai Lama

2 comentarios:

  1. Uno se lleva puesto nena, cuando pierde y cuando gana. A mi me parece que sos un buen paquete... Divertite y amá mucho. Y en paz. El resto pasa. Creeme.

    ResponderEliminar