Vengo acá a buscarte, hace mucho que no se de vos. A veces me parece verte, pero al acercarme me doy cuenta de que esos ojos no son tuyos o que no sos vos por la oscuridad que me devuelven las miradas. Simplemente no sos vos.
Hace un mes que te extraño y estoy como una idiota, abriéndome para encontrarte y cerrándome con cada frustración. Y me duele. Me desilusiona no encontrarte ni siquiera con el poder de mi imaginación. Me da bronca.
Me dijeron que te vieron, que te revolcó una ola grande y estuviste unos segundos sin hacer pie, estirando la cabeza tratando de respirar. Que la ola rugia bajito por eso no te fuiste a tiempo ni la agarraste para barrenar. Que te dejó culo para arriba, pero que saliste caminando lento y pausado, haciéndo ademanes como que no necesitabas ayuda, que estabas bien, que solo necesitabas sentarte un rato y respirar, llenarte de oxígeno, puro claro, nuevo. Me hubiera gustado estar ahí y darte una mano o al menos un abrazo.
Y yo acá, desesperada y triste porque no te encuentro, porque no te puedo ver, porque no encuentro esos ojos que me devolvió la mirada más tierna, dulce y amorosa que me miró alguna vez. Mirada que siempre devuelve un "todo va a estar bien".
También me dijeron que todavía te estás recuperando, que te quedaron raspaduras y moretones, que estás en carne viva y por eso no te dejás ver. Espero que te estés tratando con el amor y el cuidado con el que das tus abrazos, con la paciencia y caricia de tu sonrisa, con la sencillez de tu esencia, tan linda, tan buena, tan pura. Que te mires con esos ojos que hablan de hogar y que me hacen sentir en casa. Que uses tu sabiduría con vos, que te lo permitas, que te des el gusto de gozarte.
Y yo te extraño, pero me consuelo pensando en vos, sabiendo, confiando, permitiendome desesperar de a una angustia por vez. Escuchándote en todos lados y en ninguno, esperandote sin medidas, con cabeza poderosa otra vez.
Y acá sigo, tratando de bancarme la ausencia, el silencio y el bochorno de mi cabeza, deseando que se haga más fuerte la voz que me grita "¡Paciencia! ¡Confiá! ¡Todo pasa para algo! ¡Disfrutá!" que quedan mudas entre tanta resistencia, tanta ansiedad, tanta confusión.
Y te extraño. Y te espero. Y confío en que te voy a volver a ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario